La industria aérea en América Latina
La Copa Mundial de Fútbol (2014) y los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro (2016) hicieron que el resto del mundo fijara su atención no sólo en Brasil sino en todos los países vecinos, que en años recientes han ido adquiriendo un rol cada vez más importante en el escenario internacional. Quizás la fiebre del fútbol haya perdido algo de intensidad, pero las proyecciones de amplio crecimiento de la industria aérea en América Latina mantienen perspectivas altamente optimistas. En efecto, tanto en el campo deportivo como en el panorama aeronáutico la región se proyecta como una potencia que debe ser tomada en cuenta. Diversos factores han propiciado este auge, especialmente en los últimos veinte años. Sin embargo, creo que en esta ocasión es necesario abordar dos de ellos.
En primer lugar, las compañías latinoamericanas y los aeropuertos internacionales en los que brindan sus servicios (Sao Paulo, Buenos Aires, Bogotá y Lima, entre otros) se encuentran en una posición privilegiada para competir con sus similares en Europa y Norteamérica incrementando el volumen de pasajeros de trayectos largos a partir de su propia red de vuelos domésticos. En segundo lugar, la región cuenta con más de 600 millones de habitantes, lo que la convierte en un mercado atractivo para cualquiera, en particular porque la consolidación de una clase media más robusta ha permitido, según cifras de la Organización Mundial de Turismo (OMT), el aumento del número de viajeros a un ritmo del 8% anual (casi el doble del turismo mundial). Este hecho explica en gran medida que las estimaciones del tráfico aéreo para los próximos 20 años arrojen un crecimiento promedio de 5,6% anual (dejando atrás el promedio mundial que se ubica en un 4,7%). En definitiva, el asombroso desarrollo de las aerolíneas regionales locales revela que América Latina no sólo es una potencia futbolística, también compite con gran éxito en el sector aeronáutico.
Max Brog
CEO, South American Jets